Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser Nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común...
Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.
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